martes, 29 de mayo de 2007

El rojo sigue predominando en el Sur

Tras las elecciones del pasado domingo, el "rojo" sigue siendo el color predominante en la periferia Sur madrileña. Los socialistas volverán a gobernar en los grandes municipios (a excepción de Móstoles): Getafe, Fuenlabrada, Alcorcón, Parla y Leganés seguirán los designios del PSM. Mientras, Móstoles y Valdemoro -y posiblemente Pinto- tomarán el color naranja tan característico en los últimos meses en la zona Sur.

Cada caso es diferente, pero las localidades de Fuenlabrada, Alcorcón y Parla coinciden al menos en la holgada victoria del PSOE. En el primero de los casos, Manuel Robles pierde un edil pero seguirá gobernando en solitario y le volverá a ofrecer a IU un pacto de Gobierno.

En este municipio, el PP interpreta su derrota como victoria porque Susana Mozo -sin quererlo ni beberlo- ha subido un edil, posiblemente el que esperaban los Demócratas Populares de Juan Barranco, formación que ha destacado más que por sus propuestas por la publicidad que le dio la iniciativa de mostrar su torso descubierto en las vallas publicitarias.

Sobre Parla, hay poco que decir. Tomás Gómez ha arrasado por segunda vez consecutiva a sus adversarios: sus 20 concejales le permitirán gestionar en solitario el municipio frente a los 4 del PP (tremendamente dividido por la designación de su candidata, Charo Carrasco) y el edil que ha obtenido IU. Ahora, Gómez luchará por que Esperanza Aguirre le construya los tres centros de salud prometidos y la Universidad pública.

Queda la duda de saber si el primer edil optará a ser candidato a la Comunidad de Madrid en 2011, algo que ha desmentido reiteradamente. No obstante, en el Partido Socialista de Madrid (PSM) se ha oído su nombre en más de una ocasión. Experiencia y aval tiene, porque por dos veces consecutivas, tres de cada cuatro parleños le han dado su voto.

A pesar de estas victorias, el Partido Socialista ha cometido graves errores de bulto. La debacle de Alcobendas, por ejemplo, estaba cantada, así como la derrota socialista en Móstoles y la decepción de Leganés. Rafael Simancas asumió la "lucha" contra el alcalde de Alcobendas, José Caballero, como algo personal y forzó su marcha para imponer a Manuel Aragüetes. La ciudadanía ha captado demasiado cerca y con demasiado ruido los problemas internos del PSOE… y eso ha pasado factura. Le han servido al popular Ignacio García de Vinuesa la victoria en bandeja de plata.

En Móstoles -como en Valdemoro-, Simancas impuso a Paz Martín, una persona cercana a su círculo político. La gestión de la socialista no ha sido mala, pero nuevamente la percepción de que las cosas no van bien en el seno del socialismo local ha calado entre la ciudadanía. A ello se suma que Esteban Parro (el alcalde del PP) ha sabido publicitar a la perfección sus logros durante la pasada legislatura. El resultado: victoria popular por 16 a 10. La gran perjudicada ha sido, no obstante, IU, que ha perdido dos ediles.

En Leganés, los problemas internos con que llegó el candidato socialista, Rafael Gómez Montoya, han tenido su eco en las urnas. Simancas apostó por la supresión de primarias en este municipio, lo que provocó una rebelión de las bases que, posteriormente, se camufló con un acuerdo de última hora. El PSOE esperaba mejores resultados en Leganés, algo más de los 11 concejales que ya consiguió en 2003 José Luis Pérez Ráez, el polémico y agrio alcalde que ocupará el número 9 en la lista de Simancas.

Nuevamente en Leganés, IU ha sido la peor parada en las urnas al perder dos de sus cinco concejales. ¿Por qué si, a simple vista, la gestión de la coalición en la Empresa Municipal del Suelo (EMSULE) debería haberle reportado más votos? Aunque la política es una materia complicada y suele dejar buena parte de los resultados al azar, es probable que la caída de IU se deba a que el voto ha migrado al independiente Unión por Leganés (ULEG), una formación que ha obtenido un concejal, en buena medida por el apoyo y la cobertura que ha recibido de un periódico local con gran tirada en el municipio.

ESCASO APOYO

No obstante, el sabor agridulce queda en boca de la candidata popular, Guadalupe Bragado, quien ha vuelto a ganar las elecciones, pero que -otra vez- un pacto de izquierdas entre PSOE e IU (ya están negociando) le dejará con la miel en los labios. Bragado ha estado cerca, muy cerca… Le ha fallado el apoyo desde Madrid: posiblemente, si la semana previa a las elecciones Esperanza Aguirre se hubiese dejado ver a su lado en el municipio -como hizo con Miriam Rabaneda en Pinto-, Bragado hubiese arañado los dos concejales que necesitaba para la mayoría absoluta. La edil pagará con cuatro años más en la oposición el craso e inocente error de cálculo de los estrategas de Madrid.

Es tal la influencia de un líder regional en los municipios a escasos días de los comicios que, probablemente, Rabaneda deba buena parte de su "victoria" en Pinto al paseo que se dio Aguirre y todo su séquito de consejeros por la localidad cinco días antes de la cita con las urnas.

La popular -que obtuvo 9 concejales, al igual que el PSOE- gobernará si logra pactar con el independiente Juntos por Pinto (JpP) de Reyes Maestre, grupo que muestra buena disposición para llegar a un consenso con el PP pero que deberá someterlo al filtro de su asamblea de afiliados. El acuerdo no se producirá posiblemente hasta la próxima semana, aunque tampoco es descabellado pensar en un pacto entre PSOE y JpP, a pesar de que, durante toda la legislatura, han estado tirándose los trastos a la cabeza. Y es que en política, como en el amor, todo vale.

También el PP de Getafe, por paradójico que parezca, ha contado con escaso apoyo de la regional en esta campaña. José Luis Moreno ha subido un concejal, resultado que sabe a poco para alguien capacitado que se perfilaba como el sucesor de Pedro Castro, quien se encamina ya a por los 24 años de alcalde. La duda en este caso es el destino de Moreno, ya que no parece probable que vaya a repetir un cuarto asalto.

El PSOE no obtuvo la mayoría absoluta en Getafe, pero no tendrá problemas para renovar el pacto que, durante las dos pasadas legislaturas, mantiene con IU. La coalición de Ignacio Sánchez Coy condicionará este acuerdo a que la Empresa Municipal del Suelo y la Vivienda (EMSV) construya todas las viviendas protegidas de los desarrollos de Los Molinos y Cerro Buenavista, así como las que se levantarán en los terrenos resultantes del desmantelamiento de los cuarteles militares del Paseo de John Lennon.

Ésa ha sido su particular batalla durante el último año y, ahora, a la vista de los resultados, está en condiciones de exigir.

domingo, 20 de mayo de 2007

IU declara la guerra al urbanismo descarado

IU está convencida en Getafe de que PSOE y PP han pactado tácitamente para que las viviendas protegidas de Los Molinos, Cerro Buenavista y John Lennon no sean promovidas por la Empresa Municipal del Suelo y la Vivienda (EMSV). En total, más de 1.500 pisos. Así de claro lo dejó el portavoz y candidato de la coalición a la Alcaldía de Getafe, Ignacio Sánchez Coy, en el mitin del pasado sábado.

La coalición lleva los dos últimos meses dejando entrever a su socio de Gobierno, el Partido Socialista, cuál será su estrategia y exigencia de cara a un posible pacto: la construcción de vivienda protegida en la localidad deberá estar controlada por la EMSV.

Evidentemente, las empresas del suelo son una buena baza electoral, sobre todo, porque una buena gestión garantiza, habitualmente, buenos resultados a pie de urna. IU aspira a construir todo cuanto sea protegido en Getafe porque la teoría dice que así garantizará su supervivencia política.

Si Getafe repite el resultado electoral de 2003, los socialistas de Pedro Castro deberán tirar nuevamente de la coalición. Y el órdago está echado, porque posiblemente un futuro pacto de Gobierno en la localidad quede supeditado, sin más, al número de viviendas que pueda levantar la EMSV, bajo la supervisión evidentemente de IU.

Gregorio Gordo, actual número 2 a la Comunidad de Madrid por IU y a la par ex coordinador de grupo en Getafe y coordinador de Gobierno municipal, conoce al dedillo el funcionamiento de la política local getafeña y su financiación. Su mayor temor -lo ha dicho en repetidas ocasiones- es la coincidencia que tienen PP y PSOE en materia urbanística. Las "intersecciones" o coincidencias, como él las llama.

Y es que las empresas del suelo están reportando importantes beneficios (electorales, entiéndase) a IU en la Comunidad de Madrid. A la plaza de Getafe hay que sumar la de Leganés. Allí, Raúl Calle y Enrique Oleadillas –presidente y gerente, respectivamente- son conscientes de la rentabilidad política que se le pueden sacar a estas empresas públicas que intentan suplir la gran deficiencia de los municipios de la zona sur: el precio desproporcionado de la vivienda.

EMSULE maneja un presupuesto "mastodóntico" y, con beneficios este año, su presidente se vanagloria de haber construido en esta legislatura más viviendas que en los ocho años de historia de esta empresa pública (un invento, por ciento, de su gran adversario en la coalición, Eduardo Cuenca).

La última gran jugada electoral de Calle ha sido abrir un periodo de inscripción para un millar de viviendas, con sorteo público ante notario incluido. Además, de manera similar a su homónimo getafeño, quiere crear una lista única de demandantes de vivienda a la que, forzosamente, deberán recurrir todos los constructores de la localidad que quieran edificar vivienda protegida.

Y las órdenes desde la cúpula de IU Leganés son precisas y cristalinas: no habrá otra lista que no sea la suya. Se trata de una maniobra inteligente que, en caso de que salga adelante –deberá pasar con probabilidad el filtro de su socio de viaje la próxima legislatura, el PSOE de Gómez Montoya-, colocará a la coalición en una posición envidiable.

Pinto quiere imitar a sus hermanos mayores y el portavoz de la coalición, Carlos Penit, ya ha supeditado la renovación del pacto local a que se cree la empresa municipal de la vivienda.

martes, 8 de mayo de 2007

Arranca la descarnada carrera electoral

La carrera electoral ha comenzado en la zona sur, con Leganés como plataforma de lanzamiento. La descarnada batalla por arañar votos ciudadanos dio comienzo la pasada semana con varios actos que sirvieron de escenario para el más sangrante cruce de acusaciones entre PSOE y PP.

Inició las "hostilidades" el PSOE durante la convención Municipal Socialista, que se celebró el pasado día 4 en el centro "José Saramago". Allí, los alcaldes socialistas y el propio candidato a la Comunidad de Madrid, Rafael Simancas, se despacharon a gusto contra la gestión del Gobierno regional.

Los socialistas se reunieron en Leganés para poner en común políticas y presentar experiencias en materias como el empleo, la sostenibilidad o el transporte. Pero las intervenciones previas de los líderes socialistas en la convención no dejaron indiferente a nadie. Comenzó el alcalde saliente de Leganés, José Luis Pérez Ráez, quien tildó de "tonto" y "mentecato" al consejero regional de Sanidad y Consumo de la Comunidad, Manuel Lamela -calificativos que levantaron enarbolados aplausos y risas en el auditorio-, y quien puso en duda la salud mental de la presidenta regional, Esperanza Aguirre.

Continuó en una línea más comedida el candidato a revalidar la Alcaldía de Fuenlabrada, Manuel Robles, con un golpe a la línea de flotación de la Federación Madrileña de Municipios (FMM), dominada -y, por ende, controlada- por el Partido Popular. "Ha sido una federación inútil porque el PP no quiere que funcione", expresó el regidor, quien además achacó al Gobierno regional la responsabilidad de que los Ayuntamientos madrileños destinen hasta un 35 por ciento de sus recursos a financiar competencias que no les corresponden.

Y concluyó Simancas con un discurso centrado en la colaboración institucional. Y como era un acto de precampaña, no faltaron los ataques directos. Para el secretario general del PSM, Aguirre ha olvidado la colaboración institucional al enfrentarse y mantener contenciosos con el Gobierno central, con la delegación del Gobierno de Madrid y con los Ayuntamientos gobernados por el PSOE.

Por eso, anunció que -en caso de ganar las elecciones del 27-M- pedirá al propio presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, consensuar un decálogo para potenciar la colaboración entre el Ejecutivo central y la Comunidad de Madrid.

LA RESPUESTA

La respuesta de Aguirre no tardó en llegar. Un día después, el sábado, la candidata popular se dejó caer por Leganés para presentar la candidatura de Guadalupe Bragado. Los dardos envenenados adoptaron una única dirección: la reacción del alcalde se debió al "fracaso de la campaña de infamias" del PSOE contra Lamela y la Comunidad de Madrid."Cuando se les acaba el sectarismo, se les acaban las ideas, y cuando se les acaban los insultos, se les acaban también los argumentos". Aguirre fue rotunda.

La presidenta reaccionó a las críticas socialistas, pero la noticia estuvo en las protestas de los policías que reclaman al Ayuntamiento una mejora salarial. Curiosamente, los agentes plantificaron sus reclamaciones a Aguirre en forma de "pitidos" y gritos. Al final, la movilización dejó un sabor de boca agridulce a Bragado, que vio empañada la presentación de su candidatura. "No entiendo cómo me montáis este 'pollo' si yo he sido la única que os he apoyado en este asunto", se lamentó Bragado ante un portavoz del colectivo.

Por lo demás, Bragado estaba eufórica con su lista, formada por gente de su confianza. Para la elaboración, Bragado sacó la tijera. De hecho, sólo 3 de los 11 concejales que el PP tiene actualmente en la Corporación aparecen en la lista que concurrirá al 27-M. Y tanta renovación tiene un precio: en el último Pleno municipal, sólo 5 ediles populares ocuparon su sillón en el Ayuntamiento.

TENGO UNA PREGUNTA…

Un día antes a la convención socialista, Simancas estuvo también en Leganés -junto a su amigo y candidato a Leganés, Rafael Gómez Montoya- para enfrentarse a las preguntas supuestamente "libres" de los asistentes al centro Rigoberta Menchú, en un evento que siguió el formato del programa televisual "Tengo una pregunta para usted".

El acto destacó por su falta de viveza y de condimentos emocionantes que le diesen sabor a una convocatoria que fue descafeinada. Las preguntas no estarían preparadas y residirían en una urna de cristal cerrada, pero los asistentes fueron en su mayoría simpatizantes del PSOE, lo que determinó en gran medida el contenido y dirección de las interrogantes. Y es que, evidentemente, nadie tira piedras sobre su propio tejado.

Así, más que soportar críticas y esquivar preguntas incómodas y desazonadas, ambos candidatos hicieron una simple exposición de sus proyectos políticos y reiteraron las monotemáticas críticas a la gestión del Ejecutivo regional.

Para lo que pudo ser, supo a poco. La coincidencia política entre encuestados y encuestadores asomó en la segunda pregunta de la tarde, cuando el interrogador inició la pregunta diciendo que tenía la "completa seguridad" de que Montoya sería su próximo alcalde, un hombre al que calificó como una persona "transparante".

En los prolegómenos del acto y ante la prensa, Simancas aseveró que no tenía miedo a pregunta alguna (ni siquiera a desvelar su sueldo) y Montoya negó que haya descartado enfrentarse a la candidata popular, Guadalupe Bragado, en un debate a dos bandas. Curiosamente, el socialista lo hizo a la pregunta de un periodista que, semanas antes, le había presupuesto sin éxito sentarse frente a la aspirante popular para un enfrentamiento radiofónico. Cosas de la política.

La otra nota curiosa de la velada la puso Simancas cuando, incapaz de controlar un triciclo al que se subió (en la imagen de arriba), chocó contra una marquesina de autobús ante la perplejidad de gráficos, cámaras, periodistas, simpatizantes, miembros del partido y viandantes. La carrera electoral ha comenzado; lo que hay que ver es que lleguen todos enteros.

sábado, 5 de mayo de 2007

Rabaneda, temeraria e imprudente

La candidata del Partido Popular a la Alcaldía de Pinto, Miriam Rabaneda, encendió la llama del conflicto el pasado día 4. La edil cometió un ejercicio de irresponsabilidad política al atribuir directamente al Partido Socialista y a Izquierda Unida –los dos socios de Gobierno- los ataques que ha sufrido la sede popular en los últimos meses y los destrozos de publicidad electoral en las cabinas del municipio, técnicas que comparó con las de la "kale borroka" y con el desalojo armado de campesinos en Argentina.

Hay una gran distancia entre el hecho de que un candidato intuya o presuponga que detrás de estos actos vandálicos se esconden sus rivales políticos y entre el hecho de vincularles directamente a estas acciones ante un numeroso grupo de simpatizantes, ante una consejera del Gobierno regional (Engracia Hidalgo) y durante la presentación de la lista de candidatos.

La irresponsabilidad parte del hecho de que, con estas declaraciones, Rabaneda puede encender la llama del enfrentamiento violento y la división, porque hay gente que siente la política con un exceso de pasión, más aún en un pueblo pequeño donde, al final, todos se conocen y todo queda en casa.

En último caso, si se está convencido de la acusación, el asunto debe acabar en un juzgado, cuyo titular será quien determine la autoría de estas acciones. Entonces sí: si hay una resolución en este sentido, se puede aprovechar la baza política. Pero hasta ese momento, es arriesgado atribuir actos "delictivos" a los adversarios.

La edil realizó estas declaraciones durante la presentación de la lista con que concurrirá al 27-M, y debía sentirse arropada porque se lanzó valientemente con otra acusación. A su entender, la designación del candidato socialista a la Alcaldía, Juan José Martín (actual concejal de Urbanismo), ha sido una elección a dedo de quien controla a su antojo al Ejecutivo local: el ex regidor y secretario general socialista, Antonio Fernández.

Según Rabaneda, éste habría impuesto la designación de Martín para que, en uno o dos años de la próxima legislatura, dimita y deje como alcaldesa a "la niña" (según anticipó un asistente al acto), es decir, a la hija del propio Antonio Fernández, Patricia Fernández, que ocupa el número 2 en la candidatura socialista.

Rabaneda -que intentó evadir responsabilidad afirmando que "es el rumor que hay en la calle"- aseguró que los pinteños conocen esta situación y que no van a consentir "alcaldes marioneta puestos a dedo".

UN APRENDIZAJE APRESURADO

Un día antes, fue el turno de la candidatura socialista, con un Juan José Martín que se va soltando y cuyos "cursillos" acelerados para hablar en público y transmitir empiezan a dar resultado. No hay que olvidar que, hace unos meses, en su primera intervención pública ante un auditorio mayoritario, el edil tuvo que parar en su discurso debido a los nervios.

La situación cambió el pasado jueves 5. El teatro "Francisco Rabal" estaba lleno hasta la bandera, y Martín esbozó un discurso coherente, con ritmo y cargado de mensajes. Se trata de todo un logro porque Martín es un tecnócrata, un hombre que conoce milimétricamente la Administración local y que puede realizar una buena gestión, pero al que le falta esa característica innata al buen político: la facilidad para transmitir sentimientos.

Su equipo personal ha trabajado duramente estos meses en esos aspectos porque son conscientes de que ahí puede residir la clave de la victoria en las urnas. Evidentemente, Juan José Martín es personaje eficiente en su trabajo, pero no tan conocido en la localidad como querría el Partido Socialista porque, aunque lleva casi una década ejerciendo labores en el Gobierno local, ha desarrollado su trabajo principalmente dentro de los despachos.

Así las cosas, es cierto que la convocatoria de Martín no contó con la asistencia –y por tanto, el respaldo- del secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Rafael Simancas, pero es de justicia decir que éste se encontraba a esa misma hora en Leganés, en un acto de precampaña junto al candidato del PSOE a aquella localidad.

En cuanto al mensaje del aspirante socialista, Martín asevera que no tendrá miedo a reclamar infraestructuras a la Comunidad de Madrid (sea del color que sea su Gobierno) y advierte a IU que no se dejará amedrentar por sus exigencias.

Y es que la coalición –que encabeza por Carlos Penit- condicionó la renovación del pacto de Gobierno entre ambas formaciones a que se negocien políticas sociales y a que se cree una empresa de la vivienda en el municipio.

Penit tiene claro que si no hay avance en estos aspectos, el pacto podría peligrar. (Lo que no dice es que –a imagen de Leganés- una empresa de estas características en manos de IU sería una importante baza electoral y de Gobierno, por el dinero que maneja y por la influencia que puede tener en la ciudadanía).

Por su lado, el PSOE no parece muy dispuesto a negociar. "Tenemos nuestro programa electoral y es el que vamos a seguir", concluye escuetamente Martín cuando se le pregunta por las "presiones" de IU.

No obstante, todo hace indicar que las diferencias entre ambos llegarán a buen puerto, sobre todo porque hay una clara disposición desde IU-Comunidad de Madrid a gobernar en coalición en aquellos municipios de izquierdas donde sea posible, aunque también es cierto de que sus responsables han advertido en esta precampaña de que los apoyos no serán a cualquier precio. El tiempo dirá.