sábado, 5 de mayo de 2007

Rabaneda, temeraria e imprudente

La candidata del Partido Popular a la Alcaldía de Pinto, Miriam Rabaneda, encendió la llama del conflicto el pasado día 4. La edil cometió un ejercicio de irresponsabilidad política al atribuir directamente al Partido Socialista y a Izquierda Unida –los dos socios de Gobierno- los ataques que ha sufrido la sede popular en los últimos meses y los destrozos de publicidad electoral en las cabinas del municipio, técnicas que comparó con las de la "kale borroka" y con el desalojo armado de campesinos en Argentina.

Hay una gran distancia entre el hecho de que un candidato intuya o presuponga que detrás de estos actos vandálicos se esconden sus rivales políticos y entre el hecho de vincularles directamente a estas acciones ante un numeroso grupo de simpatizantes, ante una consejera del Gobierno regional (Engracia Hidalgo) y durante la presentación de la lista de candidatos.

La irresponsabilidad parte del hecho de que, con estas declaraciones, Rabaneda puede encender la llama del enfrentamiento violento y la división, porque hay gente que siente la política con un exceso de pasión, más aún en un pueblo pequeño donde, al final, todos se conocen y todo queda en casa.

En último caso, si se está convencido de la acusación, el asunto debe acabar en un juzgado, cuyo titular será quien determine la autoría de estas acciones. Entonces sí: si hay una resolución en este sentido, se puede aprovechar la baza política. Pero hasta ese momento, es arriesgado atribuir actos "delictivos" a los adversarios.

La edil realizó estas declaraciones durante la presentación de la lista con que concurrirá al 27-M, y debía sentirse arropada porque se lanzó valientemente con otra acusación. A su entender, la designación del candidato socialista a la Alcaldía, Juan José Martín (actual concejal de Urbanismo), ha sido una elección a dedo de quien controla a su antojo al Ejecutivo local: el ex regidor y secretario general socialista, Antonio Fernández.

Según Rabaneda, éste habría impuesto la designación de Martín para que, en uno o dos años de la próxima legislatura, dimita y deje como alcaldesa a "la niña" (según anticipó un asistente al acto), es decir, a la hija del propio Antonio Fernández, Patricia Fernández, que ocupa el número 2 en la candidatura socialista.

Rabaneda -que intentó evadir responsabilidad afirmando que "es el rumor que hay en la calle"- aseguró que los pinteños conocen esta situación y que no van a consentir "alcaldes marioneta puestos a dedo".

UN APRENDIZAJE APRESURADO

Un día antes, fue el turno de la candidatura socialista, con un Juan José Martín que se va soltando y cuyos "cursillos" acelerados para hablar en público y transmitir empiezan a dar resultado. No hay que olvidar que, hace unos meses, en su primera intervención pública ante un auditorio mayoritario, el edil tuvo que parar en su discurso debido a los nervios.

La situación cambió el pasado jueves 5. El teatro "Francisco Rabal" estaba lleno hasta la bandera, y Martín esbozó un discurso coherente, con ritmo y cargado de mensajes. Se trata de todo un logro porque Martín es un tecnócrata, un hombre que conoce milimétricamente la Administración local y que puede realizar una buena gestión, pero al que le falta esa característica innata al buen político: la facilidad para transmitir sentimientos.

Su equipo personal ha trabajado duramente estos meses en esos aspectos porque son conscientes de que ahí puede residir la clave de la victoria en las urnas. Evidentemente, Juan José Martín es personaje eficiente en su trabajo, pero no tan conocido en la localidad como querría el Partido Socialista porque, aunque lleva casi una década ejerciendo labores en el Gobierno local, ha desarrollado su trabajo principalmente dentro de los despachos.

Así las cosas, es cierto que la convocatoria de Martín no contó con la asistencia –y por tanto, el respaldo- del secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Rafael Simancas, pero es de justicia decir que éste se encontraba a esa misma hora en Leganés, en un acto de precampaña junto al candidato del PSOE a aquella localidad.

En cuanto al mensaje del aspirante socialista, Martín asevera que no tendrá miedo a reclamar infraestructuras a la Comunidad de Madrid (sea del color que sea su Gobierno) y advierte a IU que no se dejará amedrentar por sus exigencias.

Y es que la coalición –que encabeza por Carlos Penit- condicionó la renovación del pacto de Gobierno entre ambas formaciones a que se negocien políticas sociales y a que se cree una empresa de la vivienda en el municipio.

Penit tiene claro que si no hay avance en estos aspectos, el pacto podría peligrar. (Lo que no dice es que –a imagen de Leganés- una empresa de estas características en manos de IU sería una importante baza electoral y de Gobierno, por el dinero que maneja y por la influencia que puede tener en la ciudadanía).

Por su lado, el PSOE no parece muy dispuesto a negociar. "Tenemos nuestro programa electoral y es el que vamos a seguir", concluye escuetamente Martín cuando se le pregunta por las "presiones" de IU.

No obstante, todo hace indicar que las diferencias entre ambos llegarán a buen puerto, sobre todo porque hay una clara disposición desde IU-Comunidad de Madrid a gobernar en coalición en aquellos municipios de izquierdas donde sea posible, aunque también es cierto de que sus responsables han advertido en esta precampaña de que los apoyos no serán a cualquier precio. El tiempo dirá.

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