martes, 8 de mayo de 2007

Arranca la descarnada carrera electoral

La carrera electoral ha comenzado en la zona sur, con Leganés como plataforma de lanzamiento. La descarnada batalla por arañar votos ciudadanos dio comienzo la pasada semana con varios actos que sirvieron de escenario para el más sangrante cruce de acusaciones entre PSOE y PP.

Inició las "hostilidades" el PSOE durante la convención Municipal Socialista, que se celebró el pasado día 4 en el centro "José Saramago". Allí, los alcaldes socialistas y el propio candidato a la Comunidad de Madrid, Rafael Simancas, se despacharon a gusto contra la gestión del Gobierno regional.

Los socialistas se reunieron en Leganés para poner en común políticas y presentar experiencias en materias como el empleo, la sostenibilidad o el transporte. Pero las intervenciones previas de los líderes socialistas en la convención no dejaron indiferente a nadie. Comenzó el alcalde saliente de Leganés, José Luis Pérez Ráez, quien tildó de "tonto" y "mentecato" al consejero regional de Sanidad y Consumo de la Comunidad, Manuel Lamela -calificativos que levantaron enarbolados aplausos y risas en el auditorio-, y quien puso en duda la salud mental de la presidenta regional, Esperanza Aguirre.

Continuó en una línea más comedida el candidato a revalidar la Alcaldía de Fuenlabrada, Manuel Robles, con un golpe a la línea de flotación de la Federación Madrileña de Municipios (FMM), dominada -y, por ende, controlada- por el Partido Popular. "Ha sido una federación inútil porque el PP no quiere que funcione", expresó el regidor, quien además achacó al Gobierno regional la responsabilidad de que los Ayuntamientos madrileños destinen hasta un 35 por ciento de sus recursos a financiar competencias que no les corresponden.

Y concluyó Simancas con un discurso centrado en la colaboración institucional. Y como era un acto de precampaña, no faltaron los ataques directos. Para el secretario general del PSM, Aguirre ha olvidado la colaboración institucional al enfrentarse y mantener contenciosos con el Gobierno central, con la delegación del Gobierno de Madrid y con los Ayuntamientos gobernados por el PSOE.

Por eso, anunció que -en caso de ganar las elecciones del 27-M- pedirá al propio presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, consensuar un decálogo para potenciar la colaboración entre el Ejecutivo central y la Comunidad de Madrid.

LA RESPUESTA

La respuesta de Aguirre no tardó en llegar. Un día después, el sábado, la candidata popular se dejó caer por Leganés para presentar la candidatura de Guadalupe Bragado. Los dardos envenenados adoptaron una única dirección: la reacción del alcalde se debió al "fracaso de la campaña de infamias" del PSOE contra Lamela y la Comunidad de Madrid."Cuando se les acaba el sectarismo, se les acaban las ideas, y cuando se les acaban los insultos, se les acaban también los argumentos". Aguirre fue rotunda.

La presidenta reaccionó a las críticas socialistas, pero la noticia estuvo en las protestas de los policías que reclaman al Ayuntamiento una mejora salarial. Curiosamente, los agentes plantificaron sus reclamaciones a Aguirre en forma de "pitidos" y gritos. Al final, la movilización dejó un sabor de boca agridulce a Bragado, que vio empañada la presentación de su candidatura. "No entiendo cómo me montáis este 'pollo' si yo he sido la única que os he apoyado en este asunto", se lamentó Bragado ante un portavoz del colectivo.

Por lo demás, Bragado estaba eufórica con su lista, formada por gente de su confianza. Para la elaboración, Bragado sacó la tijera. De hecho, sólo 3 de los 11 concejales que el PP tiene actualmente en la Corporación aparecen en la lista que concurrirá al 27-M. Y tanta renovación tiene un precio: en el último Pleno municipal, sólo 5 ediles populares ocuparon su sillón en el Ayuntamiento.

TENGO UNA PREGUNTA…

Un día antes a la convención socialista, Simancas estuvo también en Leganés -junto a su amigo y candidato a Leganés, Rafael Gómez Montoya- para enfrentarse a las preguntas supuestamente "libres" de los asistentes al centro Rigoberta Menchú, en un evento que siguió el formato del programa televisual "Tengo una pregunta para usted".

El acto destacó por su falta de viveza y de condimentos emocionantes que le diesen sabor a una convocatoria que fue descafeinada. Las preguntas no estarían preparadas y residirían en una urna de cristal cerrada, pero los asistentes fueron en su mayoría simpatizantes del PSOE, lo que determinó en gran medida el contenido y dirección de las interrogantes. Y es que, evidentemente, nadie tira piedras sobre su propio tejado.

Así, más que soportar críticas y esquivar preguntas incómodas y desazonadas, ambos candidatos hicieron una simple exposición de sus proyectos políticos y reiteraron las monotemáticas críticas a la gestión del Ejecutivo regional.

Para lo que pudo ser, supo a poco. La coincidencia política entre encuestados y encuestadores asomó en la segunda pregunta de la tarde, cuando el interrogador inició la pregunta diciendo que tenía la "completa seguridad" de que Montoya sería su próximo alcalde, un hombre al que calificó como una persona "transparante".

En los prolegómenos del acto y ante la prensa, Simancas aseveró que no tenía miedo a pregunta alguna (ni siquiera a desvelar su sueldo) y Montoya negó que haya descartado enfrentarse a la candidata popular, Guadalupe Bragado, en un debate a dos bandas. Curiosamente, el socialista lo hizo a la pregunta de un periodista que, semanas antes, le había presupuesto sin éxito sentarse frente a la aspirante popular para un enfrentamiento radiofónico. Cosas de la política.

La otra nota curiosa de la velada la puso Simancas cuando, incapaz de controlar un triciclo al que se subió (en la imagen de arriba), chocó contra una marquesina de autobús ante la perplejidad de gráficos, cámaras, periodistas, simpatizantes, miembros del partido y viandantes. La carrera electoral ha comenzado; lo que hay que ver es que lleguen todos enteros.

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